Entrevista con Philippe Claudel (EL CORREO)

«Berlusconi es un político grotesco del que podemos reírnos fácilmente»

Philippe Claudel (Nancy, 1962) no podía imaginar un mejor debut en el cine. Su primer largometraje, ‘Hace mucho que te quiero’ (2008), cosechó un sorprendente éxito en la taquilla y entre la crítica. El cineasta, escritor y profesor universitario estrena mañana en España su segunda película, ‘El silencio del amor’ (‘Tous les soleils’), una divertida comedia familiar que mezcla la cultura de Italia y de Francia en la ciudad de Estrasburgo. Con la ayuda de su hija adolescente y su pintoresco y complicado hermano, el profesor italiano protagonista, Alessandro Regazzoni, intentará pasar página tras la muerte de su mujer quince años atrás.

– Ha pasado de un drama desolador a una comedia para todos los públicos. ¿Por qué decidió cambiar de género con ‘El silencio del amor’?

– No me gusta hacer dos veces la misma cosa. Me apetecía experimentar con la comedia y saber si era capaz de crear una película que divirtiera al público y a la vez tratar una historia seria. Era un reto personal.

– ¿Qué diferencias ha encontrado al rodar esta comedia en comparación a su primer drama?

–Hay muchas, sobre todo en la escritura. Me parece más fácil ir hacia el drama y la emoción fuerte, así comoconstruir temas intensos para luego dirigirlos. Sin embargo, con la comedia tienes que tener una historia entretenida con diálogos y situaciones graciosas, y que la forma de filmar y el ritmo no decaiga y estropee estos efectos. Es más apasionante.


– La vida deAlessandro Regazzoni es en realidad una tragedia, ¿por qué ha decidido contarla dentro de la comedia?

– Ya conté la vida de una persona que pierde a un ser querido desde el drama con ‘Hace mucho que te quiero’. En el caso de Alessandro, perdió a su mujer hace 15 años y su dolor ha pasado, aunque siga bloqueado y mintiéndose a sí mismo. Es un personaje feliz con su hija Irina, su hermano Luigi, su trabajo y sus amigos.

 
Un italiano en Francia

– ¿Por qué prefirió que el personaje principal fuera italiano y así mezclar la cultura francesa e italiana?

– Soy un gran admirador de la magia del cine italiano desde que era adolescente, sobre todo de la comedia italiana de los años 60 y 70. Al contrario de lo que muchos políticos franceses piensan, la riqueza de Francia se compone de los habitantes italianos, portugueses, españoles, holandeses... Tenía ganas de mostrar los movimientos humanos entre las personas que cambian de país y aportan su cultura, su sensibilidad y su lengua a otro.

– El hermano deAlessandro, Luigi, pide asilo político porque se niega a volver a una Italia gobernada por el polémico Berlusconi. ¿Piensa usted igual que el excéntrico Luigi?

– Berlusconi es una figura pública muy interesante con la que podemos reírnos con facilidad. Es el ejemplo perfecto del poder grotesco. Sin darnos cuenta, es como una especie de payaso, al igual que George Bush o Boris Yeltsin al final de sus carreras políticas. Luigi parece un loco muy vago y no le tomamos en serio, pero al mismo tiempo dice la verdad y ve las cosas comoson en realidad.

–¿Porqué escogió la ciudad de Estrasburgo para rodar ‘El silencio del amor’?

– Es una ciudad muy europea y muy bella visualmente. Vivo a una hora en coche de Estrasburgo, la conozco desde muy pequeño. En verano es una de las ciudades más calurosas de Francia con un lado mediterráneo e italiano. No la hemos visto casi nunca en las películas francesas y es un buen decorado cinematográfico. Me pareció que así le hacía un bonito homenaje.

– ¿Tiene algo de autobiográfica su nueva película?

– Sólo en algunos pequeños detalles de los personajes, que al final dicen mucho de su personalidad. Por ejemplo, Alessandro es miembro de una asociación que visita a enfermos en los hospitales y les lee varios libros para ofrecerles compañía. Yo también me paseé por centros médicos durante varios años. Al igual que él, he sido siempre profesor universitario y sigo dando algunas clases de guión y cine.


La literatura y el cine

–Antes de dirigir películas, alcanzó la fama con la literatura con varios libros premiados, ¿por qué dio el salto al cine?

– Para mí el cine siempre fue muy importante. He cursado estudios de literatura pero también de cine, incluso cuando era joven dirigí algunos cortometrajes. Interrumpí mi trabajo como cineasta por la literatura, pero hace unos doce años volví al cine. He tardado mucho en dar el paso al frente de un filme porque no me sentía del todo preparado hasta que llegó ‘Hace mucho que te quiero’.

– ¿Cree que con el cine las emociones se pueden transmitir con más intensidad que con la literatura?

– Con las emociones nunca sabes con certeza la manera correcta de transmitirlas. Con mi primera película, me sorprendió mucho el nivel emocional que conseguí y la reacción y el efecto en el público. Con las novelas es muy difícil conocer la respuesta de tus lectores. Yo intento trabajar con mis emociones y puede que así conecté con mis espectadores. Al fin y al cabo, hay emociones que son universales.

– ¿Qué salida tiene el cine europeo del gigante americano?

–Me parece interesante reflexionar sobre el cine desde una dimensión europea. Si queremos existir dentro de una propuesta cultural diferente que la de Estados Unidos, tenemos que reforzar nuestra posición como conjunto europeo en la producción. Hay miles de talentos en Europa que constituyen un grupo muy rico y distinto de los americanos. Adoro el cine americano, lo peor sería que un mercado machaque al otro. La solución pasa por una ayuda europea en la distribución y en la producción.

María Zárate (EL CORREO) Julio 21/07/2011

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